sábado, 25 de diciembre de 2010

Revista Accesit



La revista Accésit es un medio gratuito de difusión de concursos de arquitectura, entre otras muchas cosas relacionadas con la profesión. Hoy nos gustaría hacer hincapié en el editorial de su segundo número:

"Con el tiempo, a la disminución de encargos privados se une la escasez de convocatorias de concursos, siendo las condiciones de estos cada vez más restrictivas, con honorarios más bajos y poco accesibles a los jóvenes arquitectos.
La realidad está delante nuestro aunque a veces no nos atrevamos a mirarla de frente, o al menos a actuar en consecuencia.
En esta ocasión Gonzalo García, arquitecto y consultor especializado en gestión y marketing para arquitectos, trata la problemática desde el punto de vista económico, con un ejemplo claro de cómo poder afrontar la situación. Nos hace replantearnos ese tema que solemos dejar de lado, pero que resulta primordial a la hora de plantearse el participar en un concurso de ideas o una licitación.
Aún así, no dejamos de observar cómo la vocación se antepone en la mayoría de los casos a lo económico y cómo probablemente de no ser así los resultados obtenidos no alcanzarían los niveles de calidad al que llegarían si fuesen otras las condiciones.
Entendemos que conseguir el equilibrio entre esos aspectos puede resultar a veces complicado, pero está en nuestras manos poder, poco a poco, conseguir mejorar esa situación."

Es interesante la exposición de un problema creciente en el mundo de los concursos de arquitectura, así como la reflexión que se hace sobre las posturas actuales.

El problema llega en el punto en que tenemos que discernir entre si la postura expuesta se ciñe realmente a una visión romántica del profesional enamorado de su profesión que suple con dedicación los problemas que van surgiendo. En que punto este romanticismo y esta vocación nos han llevado a canibalizarnos y provocar una tendencia que arrastra al colectivo a una guerra fratricida que lejos de mejorar la competitividad, provoca una degradación de una profesión que más allá del gesto profundo del diseño, engloba una responsabilidad mayor.
Gustamos en llamarnos colectivo porque suena muy cool, pero rara vez escenificamos (ni que decir interiorizamos) lo que conlleva. Pero la realidad es que estamos rompiendo las reglas para beneplácito del resto de actores que forman parte de la dinámica que engloba esta profesión, convirtiéndonos en parias cuando deberíamos ser directores de nuestra profesión y actores principales en el modelo laboral de nuestra industria de la construcción. Nos hemos dejado arrastrar a una situación insostenible amparados en las ideas hermosas sobre vocación y compromiso que vierten sobre nuestro oídos aquellos que nos han quitado la silla, ya sean compañeros, promotores, políticos o cualquier otro.
Me encanta mi profesión, pero esa palabra lleva implícita que pueda vivir de ella, y no tener que cargar con la responsabilidad que conlleva cobrando menos de lo que gana un reponedor de supermercado que deja sus obligaciones al salir por la puerta del vestuario.
Eso no es vocación, es no tener ni idea de economía básica ni de lo que implica ser un empresario o trabajador autónomo.
En fin, queda abierto el blog a la opinión de la gente. Empieza con fuerza la bitácora de Af4!

3 comentarios:

  1. pues si que empieza fuerte si! para los que trabajamos por vocacion (es decir, la mayoria) siempre es dificil pensar si ponemos por delante lo economico o la satisfaccion de hacerlo bien (que la gente viva mejor). alcanzar el equilibrio es dificil, pero yo siempre pondria por delante la dignidad de la profesion. es una vergüenza que haya gente que nos pisotee, que trabaje gratis... ser arquitecto implica mucho más; es un compromiso social, es intentar cambiar el mundo, es dar "liebre por gato", es empujar hacia la mejora. el que no lo sienta asi, que se borre porque esta fuera de lugar.

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  2. Hola Marta, en primer lugar te invito a leer la segunda entrada, ya que si te interesa como demuestras estos temas, verás enfoques muy interesantes, al menos a mi me lo están pareciendo según devoro los pdf de la web arqueting.
    El aumento de profesionales unido al importante descenso de encargos ha redundado en una guerra sin precedentes de precios y bajas de honorarios. Anteponiendo la calidad siempre, lo que no debería resultar lícito son los descuentos que se están sufriendo, con independencia de quién reciba el encargo. Imaginemos un escenario semejante en campos como la medicina, en la que contratasemos al médico más barato, y no al mejor dentro de nuestras posibilidades económicas.
    Pero como tu bien dices, el problema está dentro y no fuera. Los promotores públicos y privados ven con alegría que pese a bajar honorarios, en los concursos convergen cada vez más estudios. Si nosotros como colectivo no nos respetamos, no esperemos que otros de fuera paguen el pato y lo hagan.
    Gracias por colaborar en la primera entrada del blog, esperamos que se convierta en costumbre, porque tu opinión siempre será bienvenida ;)

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  3. Si te animas a leer algun pdf de la web de la segunda entrada, te recomiendo que empieces por:

    - Historia reciente de la profesion de arquitecto
    - Crear un estudio en tiempos de crisis
    - Propuestas para el futuro de los arquitectos

    Algunas de las cosas que dicen son un poco duras, y sin olvidar que no dejan de ser la opinión de una persona, espero que te resulte interesante la perspectiva que ofrecen.

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