domingo, 16 de enero de 2011

El pueblo en la ciudad (fantasma)

Hace casi un año nos presentamos a un concurso de los 3 que estaban previstos en la localidade de Valdeluz. Aún por aquel entonces, con la crisis ya en pleno dominio sobre las espectativas especulativas, el aliento del AVE seguía inflando las esperanzas de crecimiento de aquella zona.
Hoy en cambio en el País Semanal aparece un artículo que arroja datos menos alagüeños. En el caso completo de Valdeluz se habla de "una mala partida de SimCity". Otro dato bastante chocante es que con el desasistido parque inmobiliario actual, juntando vivienda nueva, en proceso o projectada, se podría dar cabida a la población de Noruega.
Nos guste o no reconocerlo, y tal como ya venía avisando Gonzalo García en su web arqueting, en varios de sus artículos como "historia reciente de la profesión", La profesión tal y como la conocíamos se agota. Pero ese no es el tema a tratar hoy.
Para mi el dato más significativo del artículo son los efectos colaterales e inesperados que los habitates de estas ciudades "fantasma" se han encontrado: Gente que se saluda por la calle aunque no se conozca, niños montando tranquilamente en bici por las calles (cortadas al tráfico), reubicación de las dotaciones a lugares insospechados e incluso apertura de negocios a priori exclusivos para socios a todo el vecindario. En definitiva, la gente se comporta como en un pueblo, lo cual para alguien que siempre ha vivido en la ciudad no deja de tener su toque exótico (qué paleto soy a veces...). Mecanismos todos para dulcificar una situación dura y dificil que no deja de ser la que rodea y conforma el hogar de estas personas.
Dejando atrás estas anecdotas, están las incertidumbres que estos modelos de crecimiento tan invasivo (o evasivo) nos dejarán. Pero eso ya es macroescala, en la pequeña y como siempre, la gente se adapta para conseguir hacer de lo que tienen su hogar.

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